La isla de Tenerife no estaba deshabitada cuando comenzó la invasión de realengo, financiada por la Corona de Castilla en 1477. Allí los conquistadores encontraron a los guanches de Tenerife, un pueblo de facciones embrutecidas, gallardo, y con inclinación al entendimiento, pero de carácter temperamental. Esto crearía tanta admiración y cordialidad como desavenencias en el futuro.
Profusos ensayos etimológicos han tratado de desmarañar el origen de la palabra guanche, como se acuñó a este pueblo aborigen, sin embargo no se ha logrado llegar a conclusiones con visos de certeza. Se piensa que podría haber surgido de la lengua propiamente autóctona o del bereber. Esta palabra ya viene en negro sobre sobre blanco en los primeros documentos oficiales de la colonización.
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Origen de los guanches de Tenerife.
Tratar de estructurar el pasado es una tarea colosal que rara vez llega a concretarse. Nadie tiene pleno convencimiento del origen de los guanches de Tenerife, dado que no existe documentos o pruebas materiales de cualquier tipo que atestigüen y sostengan firmemente la respuesta a este interrogante. A pesar de todo, podemos conjeturar en base a su idiosincrasia y fenotipo, dando lugar a una plausible explicación.
Se piensa que existe un parentesco cultural con antiguas etnias bereberes, que se instalaban -e instalan- en el norte occidental de África, y que como poco empezaron a desarrollar su cultura en paralelo desde el año 500 a.C. Sobre como y cuando llegaron, y con qué objetivos, no sabemos absolutamente nada, por lo que buena parte de la historia de este pueblo sigue siendo un enigma.
Dónde están o estaban situados, asentamientos.
A menudo el término se llega a emplear indiscriminadamente, haciéndolo extrapolable a todos los pueblos aborígenes de las Islas Canarias, aunque la rigurosidad histórica nos obliga a circunscribir a los guanches a la isla de Tenerife. La isla fue habitada casi en toda su extensión, y dividida, como ya hemos visto, en menceyatos, que pudieron surgir de dos formas: o bien de la revuelta encabezada por los 9 hijos de Tinerfe el Grande contra la centralización establecida por su padre, o de forma espontanea, atendiendo a cuestiones puramente geográficas y económicas.
Los guanches como tal desaparecieron, pero hay una marcada impronta genética en aquellos tinerfeños que tienen un parentesco de al menos dos generaciones en la isla. A pesar de todo los guanches perduran a través de la lengua, habiendo dejado muchas palabras.
Tradiciones o modo de vida de los guanches de Tenerife.
Se estima que cuando los españoles arribaron en la isla de Tenerife, los guanches de Tenerife llevaban allí al menos 2000 años, y entre tanto fueron tejiendo una organización política y social, así como un modus vivendi basado en la ganadería. Existía una fuerte jerarquía social, que emanaba del mencey, continuaba en la nobleza y concluía en la plebe. Las cabezas de ganado que ostentaban estaban fuertemente relacionadas con su estatus social.
El gran lastre que tuvieron históricamente era precisamente la falta de metales en la isla, lo que les limitó a la hora de progresar en la fabricación de herramientas más eficaces, estancándose en ese aspecto en la Edad de Piedra. Pese a esta limitación impuesta por las características geológicas de la isla, tuvieron un desarrollo muy marcado a nivel cultural.
El pastoreo, la agricultura y la pesca formaban parte de su esencia, pero también cultivaron la alfarería o la costura, en la que eran grandes exponentes de su tiempo, cosa que resultaba muy paradójica al verse limitados por sus útiles de piedra.
No podemos sino elogiar las grandes virtudes de este pueblo, que aislados del mundo, y que pese a las delimitaciones impuestas por su frontera marítima, consiguieron alumbrar una sociedad próspera, rica y desarrollada.
Curiosidades.
El nivel de desarrollo cultural de un pueblo suele medirse sobre todo por lo refinado que es su culto o Dios. Sociedades muy primitivas apelan a menudo a ideas estrictamente animistas, y conforme van medrando y mezclándose culturalmente, empiezan a adorar a deidades fruto de la realización sincrética, que no es más que la asimilación y confluencia de otra cultura más desarrollada. Tal es el origen de la famosa Virgen de la Candelaria, a la que los guanches rendían culto. Se cree que la divinidad femenina guanche Chaxiraxi, y la Purificación de la Virgen María, derivó como fruto del sincretismo en la Virgen de la Candelaria.